Reflexión sobre el conocimiento

Hace unos días, concretamente el 29 de febrero, quedé con mi amiga Raquel Portillo Caballero​, quizá una de las personas con más energía positiva que conozco, energía positiva que es tremendamente contagiosa.

Y quedé con ella un poco por interés, lo reconozco. Llevo una temporada pensando que necesito un coach y no sabía cómo acceder a los servicios de uno sin pagar un duro, no es que sea un rata, pero ando más pelado que… (rellena la línea de puntos con lo que se te ocurra).

Pero, oh, casualidad, destino, el universo o lo que sea…, di con la solución de una manera más sencilla de lo esperado..

Y es que además de ser una gran coach, Raquel es una gran pintora y necesitaba que alguien le hiciera fotos de sus cuadros para la exposición en la que va a participar este mes de marzo (luego os doy más detalles). Por dicho motivo se me ocurrió que podíamos intercambiar sesión de fotos (que dicen que hago unas fotos mu chulas) por sesión de coaching, intercambio que a ella le pareció genial.

Resumiendo…, yo le hice las fotos que necesitaba y ella me dio una sesión de coaching de esas que te ponen tu mundo patas arriba haciendo las preguntas necesarias; de esas que sientes como una patada en el culo, pero de las que se dan con cariño para impulsarte adelante…

En fin, la sesión dio para mucho, pero una de las cosas que me dijo y me hizo reflexionar es que sé más de lo que creo saber, pero no soy consciente de ello. Es cierto que tenemos conocimientos acumulados a lo largo de los años y que vienen a nuestra memoria cuando menos lo esperamos, también es cierto que tendemos a minimizarnos, a compararnos con los que saben más que nosotros y creernos que, parafraseando a Aristóteles, por saber menos que los otros es que no sabemos nada, pero siempre habrá quien sepa menos que nosotros, ¿no?

Quizá lo que estoy diciendo no sea nada nuevo, pero reflexionando se me ocurrió que nuestra apreciación acerca de lo que sabemos y creemos saber es limitada, que quizá tenemos guardados en nuestro disco duro más recursos, conocimientos y experiencias de las que somos conscientes.

Creo que dicha apreciación sobre nuestro propio conocimiento se podría dividir en:


  1. Lo que sabemos y somos conscientes de saberlo (por ejemplo: sé que sé cual es la capital de Francia).
  2. Lo que no sabemos y somos conscientes de que no lo sabemos (por ejemplo: sé que no sé operar a corazón abierto).
  3. Lo que sabemos y no somos conscientes de que lo sabemos (por ejemplo cuando de repente te acuerdas del nombre de alguien que creías no saber).
  4. Lo que no sabemos y no somos conscientes de no saberlo (¿?)

Seguramente existen más categorías, pero a bote pronto no se me ocurren más. Quizá deba de dormir más y pensar menos, jajaja. El conocimiento es tan amplio que necesitaríamos unas cuantas vidas para poder abarcarlo…

Como la he mencionado (con su permiso, por cierto), me gustaría que vierais los cuadros de Raquel aquí, http://raquelportillocaballero.com, también tiene un blog muy chulo con temas de crecimiento personal http://ahoratocavivir.tumblr.comLa inauguración de pintura sera el día 18 de marzo de 20:30 a 22:00h en la Galería AraArte en la c/ Raimundo Lulio 10, Madrid 28010

Un saludo
Eduardo

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