Un mal día

No sé por qué hoy es uno de esos días en los que no me encuentro bien.
Siento que estoy pasando por esta vida sin pena ni gloria, tengo la sensación de ser totalmente prescindible, que mi vida no aporta nada, que daría lo mismo que estuviera en este mundo o que no hubiera nacido.
Es de esos días en los que te das cuenta de que no eres tan grande como dicen algunos; los mismos que ahora dicen que eres imprescindible en su vida y después te apartan cuando parece que ya no les aportas nada o no pueden sacar más de ti. Los mismos que te sorprenden buscándote cuando les dabas por perdidos...
Es de esos días en los que me gustaría sentir la energía positiva, la paz y la calma que dicen que transmito a los demás y que se tornan en desasosiego en mí mismo.
Es de esos días en los que te apartarías de todo y de todos.
Quizá sea simplemente que tengo miles de cosas en la cabeza y pocas soluciones en mi vida, quizá sea que se me da mejor ayudar a los demás que a mí mismo. Quizá sea que no sé por dónde ando, ni donde tengo la cabeza y dónde los pies, y que llevo demasiado tiempo así.
Quizá sea el calor, que no me deja dormir ni pensar con claridad. Quizá ese cansancio me hace ver todo de un color gris...
Seguramente mañana estaré mejor.